Nuestro pasado

Aprendiendo del desastre—una historia reciente de emergencias

Catholic Relief Services fue creada por un desastre—uno hecho por el hombre llamado la Segunda Guerra Mundial. Nuestra primera década se centró en apoyar a las víctimas de esa guerra con comida, ropa, vivienda y, en algunos casos, mudarlas a nuevos países para un nuevo comienzo.

Desde entonces, CRS ha respondido a innumerables desastres, desde pequeñas inundaciones hasta grandes terremotos. Nuestro enfoque ha crecido más allá de proporcionar solo lo esencial. Llevamos no solo ayuda a corto plazo sino también mejoras a largo plazo. Ahora sabemos que educar a las personas para que sean sustentables por sí mismas es clave para comunidades más seguras, sanas y resilientes—y hemos utilizado algunos de los mayores desastres de la historia para enseñarnos cómo hacerlo. A continuación se presentan algunos ejemplos de los últimos casi 25 años:

El genocidio de Ruanda cobró la vida de unas 800,000 personas en la primavera de 1994 y llevó a un profundo examen de concienciaen CRS. Habíamos trabajado en Ruanda desde 1960 en una variedad de proyectos de ayuda que parecían exitosos. Pero algo estaba claramente ausente si no habíamos logradomitigar este odio. Ese examen de conciencia nos llevó a lo que llamamos el “lente de la justicia”—una forma de ver nuestro trabajo basado en la doctrina social católica y el derecho de todas las personas a vivir en sociedades justas y pacíficas. Trajo a la luz la necesidad de brindar no solo ayuda material, sino también de reparar agravios y desequilibrios para fomentar relaciones saludables. Usamos este lente cuando diseñamos programas post-genocidio en Ruanda que reunió a perpetradores y sobrevivientes para ayudarlos a construir un futuro más justo y próspero.

Cuando los vientos de 290 kilómetros (180 millas) por hora del huracán Mitch azotaron Centroamérica en octubre de 1998 y arrojarontoda la lluvia de un año en 3 días, murieron más de 10,000 personas. Tomar medidas para salvar vidas y atender las necesidades inmediatas de las personas era necesario pero no suficiente. Queríamos asegurarnos de que abordaríamos las iniquidades que eran la base de la pobreza en la zona. Trabajando con la Iglesia y los socios locales, ayudamos a las comunidades a organizarse para que pudieran abogar por sus propias necesidades.

Un terremoto desencadenó el tsunami masivo del Océano Índico el día después de Navidad en 2004. El número de muertos superó los 200,000. Indonesia, Sri Lanka e India fueron especialmente afectados. Lanzamos ayuda inmediata y un plan de respuesta de 5 años, involucrando a los sobrevivientes y socios mientras nos preparamos para reconstruir mercados, viviendas, sistemas de agua, infraestructura de transporte, escuelas y hospitales. Las innovaciones en los refugios, sistemas de agua y métodos de saneamiento llevaron al reconocimiento internacional por parte de las organizaciones homólogas y los gobiernos.

El terremoto de magnitud 7.0 en Haití azotó en enero de 2010, destruyendo grandes secciones de Puerto Príncipe, cobrando la vida de unas 230,000 personas y dejando a unos 1.5 millones sin hogar. CRS estuvo ahí inmediatamente con alimentos, refugio, agua y otra ayuda. Incluso en medio de la respuesta a emergencias sin precedentes, comenzó la planeación para “reconstruir mejor”. CRS ha ayudado a miles de haitianos en los años posteriores al terremoto y continúa trabajando para superar los obstáculos que dificultan una mejor vivienda permanente. Hemos estado en Haití desde 1954 y permaneceremos con su gente, dedicada a su progreso.

En noviembre de 2013, el súper tifón Haiyan, una de las mayores tormentas jamás registradas en Filipinas, tocó tierra y atravesó rápidamente esta nación de islas, matando a más de 6,200 personas y dejando a unos 4 millones sin hogar. Trabajando con la Iglesia local y Cáritas Filipinas, rápidamente comenzamos a distribuir lonas así como alimentos, agua y suministros de saneamiento, el primer paso en un programa de 5 años para “reconstruir más seguro”. La programación de CRS incluyó capacitación laboral, saneamiento mejorado y preparación para las tormentas.

Obtén más información sobre los programas de respuesta a emergencias y recuperación de CRS.

CRS en acción

Conexiones sorpresa

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El aquí & el ahora

Reducir el impacto de los desastres

Una bolsa de plástico.

Una planta de semillero de arroz.

Una cimentación elevada.

Un megáfono.

Un jardín portátil.

Una fila de árboles.

Un techo reforzado.

Un teléfono celular.

Una estufa portátil.

Una botella de refresco de plástico.

Una caretilla.

Los artículos son diversos, pero todos tienen algo en común—la reducción del riesgo de desastres—que CRS aplica en todo el mundo para reducir el impacto de un desastre y facilitar el proceso de recuperación.

En Bangladesh, los ciclones son una parte inevitable de la vida, pero eso no disminuye su impacto. Lo suficientemente poderosos como para destruir las casas más grandes, las tormentas pueden devastar a una familia pobre al dejarlos sin hogar con sus vidas hechas trizas.

CRS educa a las personas más vulnerables sobre las técnicas de reducción del riesgo de desastres que disminuyen el impacto de las tormentas severas. Esto incluye desde colocar documentos importantes en bolsas de plástico selladas hasta almacenar alimentos en contenedores impermeables—y colocar todo en lugares altos pero accesibles. Otras técnicas incluyen el uso de una estufa móvil que se puede transportar a un centro de evacuación, y viceversa, para que los alimentos almacenados se puedan cocinar. Construir una cimentación elevada mantiene las pertenencias a salvo de las aguas crecientes, y reforzar un techo significa que sobrevive a los vientos intensos. Además, miembros de la comunidad equipados con megáfonos para anunciar que se acerca una tormenta pueden salvar vidas.

En Filipinas, las personas que buscan viviendas baratas en Manila amontonan sus casas en zonas bajas, vulnerables a las aguas crecientes y las tormentas. CRS ayuda a los miembros de la comunidad a viajar a través de estas comunidades con carretillas recolectando basura que de otro modo obstruiría los rudimentarios sistemas de drenaje, empeorando las inundaciones. El ingreso que ganan les brinda un colchón que les ayuda a recuperarse cuando ocurre una tormenta.

En la India, las prácticas agrícolas de los cultivadores de arroz se han desarrollado a través de generaciones de lluvias monzónicas confiables. Pero esas lluvias están cambiando. Algunos lugares no están recibiendo lo suficiente; otros están recibiendo demasiado. CRS trabaja con científicos agrícolas para encontrar variedades de arroz que puedan sobrevivir a lluvias irregulares y a inundaciones prolongadas durante los diluvios. Mediante la plantación de estas nuevas variedades, los agricultores podrán resistir los impactosde los cambios en los patrones de lluvia.

Las familiasaprenden a plantar huertos en sacos de cemento que se pueden recoger y trasladar a terrenos más elevados durante las inundaciones. Se les enseña cómo unir botellas de plástico vacías para fabricar dispositivos de flotación que salvan vidas, y un comité ideó un plan de evacuación para la comunidad cuando las tormentas e inundaciones están en camino.

En Etiopía, y en otros lugares de África, el desastre puede no significar una tormenta, sino una sequía. CRS trabaja con los agricultores en la mejor forma de adaptarse al clima cambiante. Sembrar una hilera de árboles puede ayudar a preservar la tierra vegetal valiosa, mientras que otras medidas que restringen el escurrimiento de las lluvias poco frecuentes ayudan a mantener los niveles de humedad, lo que permite salvar cosechas preciosas.

Los agricultores también usan teléfonos celulares para transmitir información sobre los patrones del clima para que puedan decidir cómo planear la próxima temporada, discutir qué tipos de semillas usar y qué tipo de cosecha esperar.

La reducción del riesgo de desastres es probablemente parte de tu vida y tú ni siquiera lo sabes—desde las normas de construcción que garantizan que tu casa se mantenga segura durante una tormenta, hasta los sistemas de drenaje pluvial que evitan que tu vecindario se inunde.

Sabemos que los desastres van a suceder, pero con la preparación adecuada y un poco de ingenio, no tienen que ser desastrosos. De eso se trata la reducción del riesgo de desastres.