Nuestro pasado

Fe en Dios y la humanidad

Julek Plowy, de 77 años, es un narrador. Él habla de un pasado doloroso, el carácter de un país afectado por la guerra, y la búsqueda de información sobre la vida.

En el año 1940, las tropas soviéticas expulsaron a la familia de Julek de Polonia y los enviaron a los infames campamentos “gulag” en Siberia, donde vivieron durante dos años y medio. La madre de Julek estaba embarazada de siete meses cuando llegaron al gulag. Julek nació en confinamiento y en condiciones miserables. Su padre murió poco despuésenfermo de tifus.

En enero del 1943, los Obispos de los Estados Unidos establecieron War Relief Services, más tarde conocido como Catholic Relief Services. El primer proyecto de CRS ayudó a los refugiados polacos que fueron reasentados en Colonia Santa Rosa, México. Julek fue uno de esos 1,400 refugiados. Él, su madre y su hermana llegaron el 3 de noviembre de 1943.

“Catholic Relief Services nos brindó ayuda de muchas formas, como ropa, alimentos, educación, juguetes, asistencia médica y también finanzas”, dice Julek. “Hermosos vestidos y otras prendas de vestir recolectadas en Estados Unidos nos fueron distribuidas. En muchos casos, eran demasiado grandes para nuestros cuerpos demacrados, pero fueron recibidas con gran aprecio. Los refugiados se pusieron a trabajar rehaciendo estas preciosas prendas donadas con amor”.

Julek dice que a veces el odio, la muerte y la destrucción de la unidad familiar pueden poner a prueba la fe en Dios y en la humanidad. Sin embargo, Julek dice que él sintió amor y generosidad.

“Nuestra esperanza y fe en la bondad de Dios se manifestó por el esfuerzo en tantos frentes diferentes durante nuestro caminar de regreso a la humanidad guiados por Catholic Relief Services y sus oraciones”, dice Julek. “La contribución más importante a nuestra familia durante nuestro tiempo en Santa Rosa fue la restauración completa de nuestra fe en la bondad y el amor de Dios y la humanidad”.

Julek se estableció en Estados Unidos en 1947. Sirvió en el Cuerpo de la Marina de los Estados Unidos y hoy vive en California. Él ha pasado su vida haciendo su parte para preservar la historia.

“Muchos de nosotros nunca hemos sido acogidos en los brazos de nuestras familias extendidas. Muchos nunca hemos conocido a nuestros padres. Entonces, algunos simplemente viven, algunos escriben y otros guardan cualquier fragmento de información que puedan encontrar”.

CRS en acción

CRS a los 75

¿Cómo  describes a CRS en solo 75 palabras? Lo intentamos, además de una invitación especial a la celebración de nuestro 75o aniversario.

El aquí & el ahora

Cambiando la Manera
En Que Cuidamos

Aunque generalmente se los llama orfanatos, pocos de ellos son huérfanos – entre el 80 y el 90 por ciento de los 8 millones de niños que se calcula que viven actualmente en instituciones de todo el mundo tienen un padre vivo. La mayoría de los niños están ahí debido a la pobreza o la incapacidad de sus familias para enfrentar una discapacidad. La investigación es abrumadora: el tiempo que se pasa en una institución retrasa el crecimiento mental, emocional y físico de los niños. Eso se ha comprobado incluso en las mejores de estas instituciones. Las peores de ellas están plagadas de abandono y abuso.

Sabemos que hay una mejor manera — la atención familiar siempre es superior a una institución. Es por eso que Estados Unidos eliminó los orfanatos hace décadas. Creemos que el resto del mundo también debería hacerlo. Es por eso que nos estamos asociando con Lumos y Maestral International en la campaña “Changing the Way We Care” (Cambiando la Manera En Que Cuidamos). Con el apoyo del concurso “100 andChange” (100 y Cambio) de la Fundación MacArthur y otros donantes, esta campaña cambiará las actitudes para que el financiamiento—de personas con buenas intenciones, de grupos religiosos y de gobiernos—que ahora se destina a los orfanatos ayude a las familias a permanecerunidas. Los orfanatos existentes se convertirán en centros de apoyo familiar. Es un gran desafío porque la “industria” del orfanato está tan arraigada en muchos países. Sin embargo, CRS lo está asumiendo porque el futuro de millones de niños está en riesgo a menos que cambiemos la manera en que cuidamos.

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